El Salmón

Para los que nadan.

lunes, marzo 31, 2008

Nocaut

El cuadrilátero vacío. Todo el público mirando, expectante. La cortina parecía volar hacia los extremos con una elegancia burlesca; como si supiese quién sería el más humillado. La música se ponía cada vez más fuerte. El vodka ya había subido lo suficiente. Tú empezaste a mover los pies y a murmurar la letra del rock que sonaba. Pero yo no lograba explicar nada coherente; no hablabas. De reojo quería identificar tus muecas, pero sin mover la cabeza no lograba registrar nada. Cuando una de las luces pasaba, según su trayectoria, cada cierto rato por tu cara, pude asegurarme que el rojo era del labial que usabas al desayuno. Mi mano derecha estaba absolutamente alerta a cualquier posible roce con tu espalda. Seguías sin mirarme y te reías de todas las estupideces que yo decía. Te ofrecí un trago más y una pista de baile, pero cuando volví ya le habías pintado con rouge el cuello del de camisa café.