El Salmón

Para los que nadan.

martes, abril 24, 2007

Capítulo Cero.

Siempre supe. En todo caso, la literatura me confunde más de lo que necesito para sostener alguna idea coherente en mi cabeza. Siempre sé, desde que noto esa fractura, por pequeña que sea, por insignificante que resulte para cualquiera, que te vas a ir a dar vueltas por el mundo. Y que mi primera reacción, más arrogante e inmadura, pero inocente, va a congelar aun más todo los espacios errantes que existen. Porque soy incapaz de mostrar el cinturón que amarra la certeza de tu estancia pretérita. Porque nunca fuiste línea directa, y jamás aceptaste visas para momentos de bolsillo. Tú, quimera -como si yo contará con brujerías-, y por la misma niñería de mirarte de reojo, estás en rieles donde el nihilismo fue el peón de mis pies. Tengo la astucia para despertar del instante en que, por fotografías, me dejas en el cuadro donde más brilla el oro. Pero siempre supe, de alguna manera, y que ni en la literatura me han contado.