Costumbre
De pronto, sin titubear, decidí sentarme y escribirte. Tomé la copa y, al sentir tu vigilia, me alejé. Estabas sujeta de sábanas blancas esquimal, prisionera. Me senté frente a ti y te observé hasta la hora del almuerzo. Cada veinte segundos te acomodabas, o dabas un salto, o abrías y juntabas, con suma delicadeza, tus piernas. Me dediqué a estudiar tus movimientos. Intenté encontrar patrones comunes, pero no tenías. Hasta que murmuré tu nombre en dirección a tus oídos. Y gemiste. Repetí, y nuevamente gemiste, pero esta vez más fuerte. Comencé a hablar. Pero ya no respondías, ya no te alterabas con mi voz. Era como si no escucharas, como si en realidad fuera mudo o, peor aun, con las letras se apagara mi voz. Hoy, como de costumbre desde hace ya algún tiempo, miré tu foto por unos segundos. Las cortinas naranjas de mi cuarto dejaban entrar un par de dedos, fijos y rectos, de luz. Mientras reconocí el olor a perfume en alguna de mis prendas en el suelo, me acerqué a la ducha y dejé correr el agua por unos minutos. El vapor había comenzado a llenar el espacio, como una cámara de gas. Junté la puerta por si despertabas y querías entrar. El espejo vaporizado. Decidí rasurarme y, para no malgastar, cerré la llave. Con espuma esparcida por mi rostro le di unas pasadas a la afilada navaja y listo. Abrí nuevamente la llave y fui al cuarto para asegurarme que seguías durmiendo. Algo decías, susurrabas. No era suficientemente claro. Acaricié tus dedos, las puntas, para ver si, como siempre, apretabas mi mano como si tuvieras miedo, y sólo yo te salvara de ese horrible segundo de angustia. No reaccionaste. No despertaste jamás.
2 Comments:
primera vez que tengo el placer de leer tus escritos, y a pesar de los weveos, tengo que decir que me gusto mucho, vay bien encaminado gregui, te quiero muchoooooo, Fuerza!!
cogelo que esto es barrio fino!!!!
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